Una escapada primaveral a Wroclaw

¡Buenos días!

Aunque han pasado ya unas semanas desde que volvimos, no quiero dejar sin publicar un breve resumen sobre nuestra escapada polaca. Los motivos son muchos, empezando porque creo que es un viajecito para recomendar (y que creo que estará al alcance de muchos) y siguiendo porque lo pasamos tan bien que me dará mucho gusto tener este post y releerlo dentro de un año. ;)

Voy a intentar resumirlo a mi manera, pero tened en cuenta que no me gusta nada hacer los posts de viajes súper exhaustivos -porque me parecen un peñazo y para datos prácticos ya tenéis la Lonely Planet ;)- así que voy a hacer como siempre: enseñar un poquito lo que descubrimos y cómo lo vivimos... y lo que salga.

Aunque Wroclaw es una ciudad a la que llaman "La pequeña Kracovia" y el otro día la vi recomendada en este post de El País,  nunca se nos habría ocurrido ir si no fuese porque teníamos un vale de Ryanair y este era uno de sus destinos.

Pero eso sí, nada más llegar vimos claro que era todo un descubrimiento.

No solo es una ciudad bonita, con casas dignas de cuadernos de colorear e iglesias que parecen de juguetes recortables, es que es una ciudad universitaria con un ambiente brutal.

 Przedwojenna estaba en el centro, todos los platos costaban 8zl(2€) y todas las bebidas 4zl(1€) y había muchísima gente.

Porque la arquitectura es muy bonita, pero lo que de verdad mola de un sitio es la vida allí. Y aunque sé que nos hizo muy buen tiempo y eso siempre da otro color, os aseguro que tantas terrazas, cervecitas y heladerías no son de gente que viva mal. Yo me quedé con la sensación de que en Wroclaw la gente era muy feliz.

Setka era lo más polaco y nos recordó a los dive bars americanos.

Aunque solemos pensar que estamos muy adelantados y somos más como Francia y Alemania que como Polonia (discutible), es increíble lo moderna que era la ciudad.

Tomamos cafés en sitios súper molones

Etno café era esta cadena, el Starbucks polaco

estos helados de Chimney cake bakery que eran una especie de cilindro de bizcocho con helado parecidos a los helados taiyaki tan de moda aquí

y desayunos con esta pinta...

Uno de nuestros desayunos geniales en Vincent café

Me encantó un sitio llamado Legal cakes, donde la comida sana y cuqui se acompañaba del lema "No need to cheat".

La carta tenía detalle de macros, ingredientes y calorías -de esas que nos gustan a los frikis-...

y lo que nos tomamos lucía así... ¿Pero véis qué pintaza? ¡Si yo me montase un bar querría que fuera como este! :D

Y hablando de cakes... ¡Menudas tartas hacen estos polacos! Creo que nunca he sido una gran amante de ellas, pero es que allí estaban todas buenísimas, además de que eran baratísimas.

Porque Polonia tiene un aliciente adicional para nosotros y es que es muy barato. No solo el viaje y el alojamiento sale genial de precio, es que allí todo cuesta mucho menos que en España. Un steak tartar, plato polaco por excelencia (que además me vuelve loca), puede costar tres o cuatro euros.

Aquí servido de una manera muy original, en el restaurante Nota Bene de Klodzko

O una cena para dos en Pasibus, el Goiko grill polaco, unos quince. Es practicamente la mitad que en Madrid.

Pero bueno, voy a contaros más cosas, que parece que no hicimos nada más que comer, aunque ya sabéis que es una de nuestras actividades favoritas en los viajes, jejeje. Un par de días cogimos el tren y viajamos para conocer otras ciudades...

Fuimos a Klodzko, una ciudad casi en la frontera con la República Checa a la que se conoce como la Pequeña Praga, donde visitamos su fortaleza, cruzamos su famoso puente...

y comimos en un sitio fabuloso. Jajaja, lo siento, no lo puedo evitar, todo nos lleva a la comida.

Este restaurante se llamaba Nota Bene y lo conocimos gracias a una foto de Instagram. Y es que si en Polonia hacen bien las tartas, no digamos las sopas. Quéeeee ricas.

Sé de uno que no se parece nada a Mafalda y se puso las botas...

Otro día fuimos a Walbrzych,

donde había un castillo con la habitual rutilla turística de trekking de las que nosotros nos ventilamos en una hora

y luego encontramos lo importante: la cafetería más molona del pueblo

Se llamaba Zielona sofa, que significa "sofá verde"

y las tiendas de segunda mano.

¡Había cantidad de tiendas tipo charity en todas las ciudades, con lo que nos gustan! :O

En definitiva, pasamos cuatro días fantásticos haciendo lo de siempre y Polonia fue todo un descubrimiento de país. Volveremos seguro y, por supuesto, os recomiendo que vayáis a conocerlo si tenéis la oportunidad. 

Y ahora sí... ¡feliz fin de semana a todos! ;)))