Ordesa (Manuel Vilas)

¡Buenos días! ¿Cómo va la semana? Yo, la verdad, llegados a Miércoles y yendo claramente mi semana de menos a más, veo el fin de semana a la vuelta de la esquina así que estoy FELIZ. :)

Hoy vengo con un libro. No uno cualquiera sino uno de los últimos libros que he leído y, sin duda, el mejor de los últimos tiempos: Ordesa, de Manuel Vilas.

Había leído a Manuel Vilas otras veces, porque es aragonés y cuando vivía en Zaragoza teníamos su poesía todo el día en danza, por varios motivos que no vienen a cuento. Y siempre me ha gustado su  forma tan desprejuiciada de escribir, su visceralidad, su incorrección, su estilo... así que no dudé en ponerme con esta lectura en cuanto salió y la librera me la recomendó encarecidamente. Abrí la primera página y directamente me conquisto:

"Ojalá pudiera medirse el dolor humano con números claros y no con palabras inciertas. Ojalá hubiera una forma de saber cuánto hemos sufrido, y que el dolor tuviera materia y medición. Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportaré. Nunca lo soporté. ..." 

Ordesa se compone de capítulos muy cortos, irregulares, algunos parecen un fragmento de algo mayor (de la novela, claro, qué tonterías digo) y en ellos el autor habla de la muerte de sus padres, de su divorcio, de sus hijos, de su gestión emocional de todos los sentimientos que esas situaciones desencadenan. Es intimista pero muy descarnado, nada descriptivo de más, va al grano pero el grano no son los acontecimientos sino las sensaciones. No es tanto lo que vive sino cómo lo vive, dónde lo vive y por qué lo vive así.

En la novela, el autor nos lleva a su realidad, a su familia de clase baja, a su pueblo (Barbastro, otra vez, por cierto -segundo autor que leo de este lugar en lo que va de año-), a su infancia y a sus vivencias y consigue hacerlo con ese cinismo e ironía que caracteriza su escritura pero también con una intensidad brutal. A mí me dejó extasiada.

Por la forma en que está escrito, porque combina verso y prosa, por lo que cuenta y cómo lo cuenta, me pareció una lectura increible. Eso sí, con el personal miedo a fracasar que me caracteriza, no es un libro que recomendaría a cualquiera, porque solo lo veo apto para algunos lectores. Algunos que saben disfrutar de lo que es bueno. ;)