La semilla de la bruja (Margaret Atwood)

¡Buenos días? ¿Cómo va la semana? Nosotros llevamos un principio algo accidentado, se ha roto el termo de la caldera y ha tocado achicar agua :O, pero ya parece que está identificado el problema y no queda nada más que que nos lo cambien. 

Todo bien, pero eso ha condicionado mi lunes y martes, primero porque me tocó amanecer el lunes mal dormida y luego porque tengo el gimnasio invadido de cosas (la inundación fue en la despensa y ahora lo tenemos todo extendido por la pista de atletisimo :P) y no he podido hacer mi rutinita deportiva mañanera ni ayer ni hoy y eso me pone de mal genio.

En fin, dejo de quejarme y voy a lo que voy: el último libro que he leído y que me ha gustado mucho pero mucho. Se trata de La semilla de la bruja de Margaret Atwood. 

Aunque tengo en la estantería el libro mucho más famoso de la misma autora El cuento de la criada (fue un regalo de navidad que me encantó), cuando supe que salía ya La semilla de la bruja tuve que empezar por él. Se trata de una revisión de La Tempestad, de Shakespeare, y a mí no solo me encanta Shakespeare, es que La Tempestad es la obra que más me gusta y controlo. 

Me explico un poco más. Hace pocos años, en el Grado de estudios ingleses, me matrículé de una asignatura de literatura inglesa en la que tocó estudiar el teatro de Shakespeare, y fue precisamente sobre La Tempestad el trabajo que hice y el examen que me pusieron, con lo que saqué muy buena nota. Para mí fue algo así como Luces de Bohemia cuando estaba en el insti: una obra que me encantaba y que por casualidad me cayó en selectividad, lo que me hizo sacar un nueve y pico.

Vuelvo a lo que iba. La semilla de la bruja es una novela que reinventa La Tempestad de Shakespeare, la destripa, es un comentario de texto encajado en una obra de ficción, pero hecho con tanta destreza y de una forma tan divertida, que no me ha podido gustar más.

Felix es un tipo que se dedica al teatro y al que un compañero con aspirante a político corrupto traiciona en cuanto puede, dejándole en la calle, apartado del teatro que es su vida y exiliado durante años. Cuando un tiempo después, decide volver a la vida, le sale un trabajo en una cárcel, y será allí, con los presos del Correccional Fletcher, donde volverá a montar la obra La Tempestad, lo que además le servirá para vengarse de quien le traicionó, algo muy bien traído porque la venganza es uno de los temas más importantes de la obra de Shakespeare. 

Toda la preparación de la obra en la cárcel, en el marco de un programa estatal de alfabetización, donde Felix es director teatral pero también una especie de profe de literatura guay es genial. Y los propios reclusos como personajes no tienen desperdicio, hasta el punto de que en algún momento me he visto leyendo y soltando una carcajada. Desde luego la autora refleja de una forma inmejorable esa atmósfera y creo que también la traducción al español está de lujo.

No sé si La semilla de la bruja se disfrutará tanto si no conoces tanto la obra de Shakespeare, aunque se puede leer perfectamente, pero desde luego para aquellos a los que os gusta Shakespeare, las entretelas del teatro o las clases de literatura nada aburridas, os lo recomiendo; tanto si queréis leer La Tempestad antes como si no, pues al terminar el libro de Atwood os entrarán ganas de leer al inglés seguro.

Ojalá siga mi racha lectora como ha empezado este dos mil dieciocho, con unas lecturas sensacionales.