Unas veces se acierta y otras se aprende

Sé que este título insinúa que hoy el post va a tratar algo más profundo, pero la verdad es que no, jajaja, bueno un poco sí y un poco no. La idea de que si las cosas no salen del todo bien estamos teniendo en realidad una oportunidad para mejorar me ronda mucho la cabeza últimamente en todos los ámbitos... y hoy os la traigo en su versión más frívola, la de los outfits. :D

Resulta que desde que consumo muchas prendas de Romwe y Shein gracias a esa colaboración de la que os hablo siempre y que disfruto como una enana, soy una absoluta experta en acertar con modelos, calidades y tallas. Muy pocas veces me llevo una sorpresa y también muy pocas veces me equivoco con la talla, lo que podéis aprovechar también vosotras si alguna vez dudáis, porque podéis preguntarme sabiendo que yo lo veo clarísimo! ;)

Sin embargo, como es imposible acertar siempre, también cometo errores y en esos casos toca discurrir y ser creativo para sacar el mayor partido a lo que tienes. Lo de si la vida te da limones, haz limonada, ya sabéis.

De esta forma fue como di con estos dos outfits que resulta que me encantan y me permiten sacar partido a dos prendas chulísimas que, en un primer momento, parecían no servirme.

La primera es este peto que me gusta muchísimo y que precisamente llevo puesto hoy.

Es de pana, aunque en la foto de la web me parecía vaquero. Lleva bolsillos y parches y me parece súper genial, pero pedí la talla M pensando que era muy recto y, aunque sí lo es, con la S habría acertado de pleno. Para aprovecharlo porque me gusta mucho, le dí un poco a la cabeza y decidí ponérmelo con un jersey gordo en lugar de con una camiseta, que era la idea inicial. Así lo lleno más y he descubierto que el resultado me encanta!! :D

Concretamente lo llevo con un jersey que me regaló mi amiga Esther y que ella compró de segunda mano cuando vivía en Chile, y con estos zapatos que han sido la gran adquisición del invierno y que no me quito. ¿Os gusta?

La segunda prenda que me hizo devanarme los sesos fue esta falda. Es una falda gordita, tipo neopreno, y muy de la Anita del pasado... es decir, una falda full, midi y para llevar con tacones, un tipo de falda que desde que vivo en Madrid apenas me pongo porque voy siempre corriendo y en zapato plano o zapatillas.

Con esta me pasó al contrario que con el peto, y es que pedí la talla XS. Es la que llevo siempre en este tipo de prenda, porque tengo muy poca cintura, pero esta vez no me cierra!!!

Aunque es sólo un centímetro, no puedo llevarla como pensaba, con algo por dentro como la lleva la modelo, y así fue cómo recuperé este cardigan negro que tenía en mi armario desde hace años. Lo guardaba por básico, aunque apenas me lo ponía, y como es atado a la cintura me ha venido ideal para llevarlo con la falda, porque era imprescindible que no fuese un jersey holgado para no parecer un globo... Tanto el cárdigan como los zapatos son de Zara. pero tendrán cinco años por lo menos.

Y estos son los dos modelitos que os enseño, que podéis entenderlos como una metáfora. Un peto no es grande ni una cinturilla pequeña, simplemente son una oportunidad para rescatar unas prendas que tenías olvidadas en el armario y conseguir un resultado mejor que el que tenías como idea inicial. ;)

¿Qué os parece? ¿También hacéis a menudo esta reflexión? ;)